LAS SEQUIAS
La sequía es un rasgo del clima normal y recurrente, aunque muchos la consideran como un evento esporádico y raro. Se presenta virtualmente en todas las zonas climáticas, aunque sus características pueden variar significativamente de una región a otra.
Pese a que existen muchas definiciones para el término “Sequía”, en líneas generales se refiere a la deficiencia de precipitación sobre un período de tiempo extenso, usualmente una estación o más. Esta debería ser considerada como relativa a algunas condiciones promedio lagas en el tiempo, del balance entre la precipitación y la evapotranspiración de una región en particular, condición a menudo percibida como “normal”. Además, la sequía está relacionada con el tiempo y la efectividad de las lluvias (por ejemplo la intensidad de las lluvias o en número de eventos de precipitación). En muchas regiones del mundo consideran las altas temperaturas, vientos altos y baja humedad relativa, como factores que están asociados a la sequía y pueden agravar significativamente su severidad.
Una definición operacional sobre la sequía, ayuda a las personas a identificar el comienzo, final y el grado de severidad de ésta. Para determinar el comienzo de una sequía, las definiciones operacionales específicas como la desviación de la precipitación promedio o de alguna variable climática por algún tiempo. Esto se realiza generalmente comparando una situación específica con el promedio histórico (al menos 30 años). El umbral que determina el comienzo de una sequía, es establecido arbitrariamente, pese a que las bases de esta precisión están relacionadas con los impactos específicos. Las definiciones operacionales permiten analizar la frecuencia de la sequía, severidad y duración de un período histórico. Tales definiciones, requieren datos del tiempo en forma horaria, diaria, mensual o bien otras escalas. El desarrollo de la climatología de la sequía de una región, puede entregar una gran comprensión de sus características y la probabilidad de ocurrencia en los diversos niveles de severidad. Esta información es extremadamente beneficiosa en el desarrollo de las respuestas y estrategias de mitigación frente a una sequía.
La sequía está definida por la Organización Meteorológica Mundial (O.M.M.) como “un mínimo hidrológico extremo, debido a perturbaciones durante un tiempo suficientemente largo, que resulta en un importante déficit de agua. Los recursos hídricos locales se vuelven insuficientes para sostener las actividades establecidas o normales de la región”. Tiene como característica de ser un fenómeno de desarrollo lento en el tiempo y de amplia cobertura espacial, lo que hace difícil determinar en forma exacta su duración y su extensión física. Esta a su vez, puede considerarse desde varios puntos de vista dependiendo de las diversas disciplinas en las cuales se ven afectadas, como lo son la meteorología, agricultura, hidrología y la economía.
La sequía es un rasgo del clima normal y recurrente, aunque muchos la consideran como un evento esporádico y raro. Se presenta virtualmente en todas las zonas climáticas, aunque sus características pueden variar significativamente de una región a otra.
Pese a que existen muchas definiciones para el término “Sequía”, en líneas generales se refiere a la deficiencia de precipitación sobre un período de tiempo extenso, usualmente una estación o más. Esta debería ser considerada como relativa a algunas condiciones promedio lagas en el tiempo, del balance entre la precipitación y la evapotranspiración de una región en particular, condición a menudo percibida como “normal”. Además, la sequía está relacionada con el tiempo y la efectividad de las lluvias (por ejemplo la intensidad de las lluvias o en número de eventos de precipitación). En muchas regiones del mundo consideran las altas temperaturas, vientos altos y baja humedad relativa, como factores que están asociados a la sequía y pueden agravar significativamente su severidad.
Una definición operacional sobre la sequía, ayuda a las personas a identificar el comienzo, final y el grado de severidad de ésta. Para determinar el comienzo de una sequía, las definiciones operacionales específicas como la desviación de la precipitación promedio o de alguna variable climática por algún tiempo. Esto se realiza generalmente comparando una situación específica con el promedio histórico (al menos 30 años). El umbral que determina el comienzo de una sequía, es establecido arbitrariamente, pese a que las bases de esta precisión están relacionadas con los impactos específicos. Las definiciones operacionales permiten analizar la frecuencia de la sequía, severidad y duración de un período histórico. Tales definiciones, requieren datos del tiempo en forma horaria, diaria, mensual o bien otras escalas. El desarrollo de la climatología de la sequía de una región, puede entregar una gran comprensión de sus características y la probabilidad de ocurrencia en los diversos niveles de severidad. Esta información es extremadamente beneficiosa en el desarrollo de las respuestas y estrategias de mitigación frente a una sequía.
La sequía está definida por la Organización Meteorológica Mundial (O.M.M.) como “un mínimo hidrológico extremo, debido a perturbaciones durante un tiempo suficientemente largo, que resulta en un importante déficit de agua. Los recursos hídricos locales se vuelven insuficientes para sostener las actividades establecidas o normales de la región”. Tiene como característica de ser un fenómeno de desarrollo lento en el tiempo y de amplia cobertura espacial, lo que hace difícil determinar en forma exacta su duración y su extensión física. Esta a su vez, puede considerarse desde varios puntos de vista dependiendo de las diversas disciplinas en las cuales se ven afectadas, como lo son la meteorología, agricultura, hidrología y la economía.
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