miércoles, 30 de mayo de 2007

LA DEGRADACION DEL SUELO
La degradación del suelo consiste en el deterioro de la calidad de los suelos y, consecuentemente, de su aptitud productiva. Ese deterioro le impide cumplir plenamente las funciones con las plantas. Por lo general se inicia con la desaparición de la vegetación natural que los cubre y con la roturación excesiva. Ambas prácticas exponen al suelo a la radiación solar directa, lo oxigenan excesivamente y facilitan la muerte de sus pequeños habitantes. Todo conduce a acelerar la biodegradación del humus, con lo cual desaparecen los agregados, y con ellos la trama porosa que éstos habían generado. El agua y el aire ya no circulan con facilidad, la superficie del suelo se apelmaza y hasta puede tornarse impermeable, con lo cual el agua producto de las lluvias, en lugar de almacenarse en su interior, se pierde por escurrimiento superficial y se hacen frecuentes los anegamientos cada vez que llueve. Los rendimientos de los cultivos disminuyen y la explotación se hace cada vez menos rentable.
El deterioro ambiental que ocasiona la degradación del suelo es inestimable y sólo existen ideas muy generales de los daños que este fenómeno ocasiona; por ejemplo, la erosión hídrica ocasiona la pérdida de productividad que algunos autores han estimado en mil millones de dólares. Las graves consecuencias ambientales, productivas y económicas causadas por la degradación de los suelos hacen perentoria la articulación de esfuerzos privados y públicos para proteger, conservar y restaurar el suelo, así como de monitorear este recurso.

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