lunes, 15 de octubre de 2007



Los factores actuales del crecimiento urbano
Uno de los cambios más importantes ha afectado a la naturaleza de la industria urbana. La industria pesada, que se caracteriza por la importancia que revisten los gastos de mantención de las materias primas en los costes de producción, ha ido perdiendo importancia. Las grandes ciudades constituyen, en cambio, una localización cada vez más favorable para la industria ligera (gran parte de cuyos productos se destinan al consumo familiar), en especial si desde estas ciudades se tiene acceso fácil al mercado nacional e interna­cional. También son importantes las llamadas economías externas que proporcionan las grandes ciudades. La abundancia de mano de obra cualificada, la posibilidad de establecer contactos estrechos con otras industrias del mismo ramo, el tener a mano los servicios auxiliares (como, por ejemplo, las agencias de publicidad y los mayoristas), etc.: todas estas ventajas se encuentran más fácilmente en las grandes ciudades y contribuyen a atraer a los fabricantes. «, Otro de los factores del crecimiento de las ciudades contempo­ráneas reside en la creciente proporción de la población activa de los países industrializados que halla su empleo en el sector terciario.
Los factores sociales, aunque no siempre fáciles de identificar, también han contribuido al crecimiento urbano. Es imposible decir en que medida una orquesta sinfónica, un musco de pintura de fama mundial o una gran biblioteca atraen habitantes a una ciudad, especialmente porque muchas de esas instituciones también revisten importancia econó­mica, ya que proporcionan puestos de trabajo y son un atractivo turístico (con lo que indirectamente dan medios de vida a los habi­tantes de la ciudad relacionados con las actividades turísticas). Pero también es muy posible que la existencia de instituciones de ese tipo impulse a los directivos de nivel cultural elevado a fijar su resi­dencia en una ciudad determinada y, puesto que el personal clave se recluta entre esta clase de personas, su importancia en la localiza­ción de cierto tipo de industrias aumenta notablemente.
El crecimiento vegetativo de la población constituye otro de los factores de carácter no económico que en la actualidad representan un papel importante del crecimiento urbano.
Las grandes ciudades occidentales muestran un crecimiento vegetativo considerable, cuya tasa supera a menudo a la de las áreas rurales circundantes. Este fenómeno constituye uno de los factores más importantes del crecimiento urbano.


Hay que tener presente que el automóvil y el camión han fomentado la dispersión de las ciudades, y no sólo de las áreas residenciales, sino también de otras funciones urbanas, singular­mente de la industria. Por consiguiente, los lugares de trabajo pueden estar cada vez más alejados de las grandes urbes, puesto que un número creciente de trabajadores ya no necesita trasladarse a las áreas centrales. Con ello se facilita el desarrollo de áreas urbanas estructuradas de un modo más flexible y que pueden contener una población total mucho mayor que las antiguas metrópolis.


El segundo de los dos fenómenos es el desarrollo de grandes ciudades en los países tropicales, que ha revestido una importancia singular durante las últimas tres dé­cadas, especialmente desde la terminación de la Segunda Guerra Mundial. Durante la década 1940-49, por ejemplo, únicamente 4 ciudades tropicales (Bombay, Calcuta, México y Sao Paulo) sobrepasaban el millón de habitantes. En la actualidad hay por lo menos 15 ciudades millonarias y su población crece con gran rapidez. El crecimiento urbano tiene lugar ahora a un ritmo mucho más vivo en los países tropicales que en Europa occidental o en América del Norte; ello se debe sobre todo a que esos países tienen que recu­perar su considerable retraso en el proceso de urbanización. En gran parte de Asia, por ejemplo, la tasa de crecimiento de la población urbana durante el presente siglo ha superado ampliamente a la de Europa. Además, el nivel de la urbanización (es decir, la proporción de la población total que reside en ciudades) es aún muy bajo en comparación con el mundo occidental. En Asia sólo el 13% de la población vive en ciudades de más de 20.000 hiabitantes; en África, este porcentaje es todavía más bajo (9%). Por otra parte, en algunos de esos territorios el nivel de urbanización crece lentamente debido a que la población rural continúa aumentando al mismo tiempo que la urbana.


Las mismas fuerzas que impulsaron el crecimiento urbano en el mundo occidental empiezan a actuar ahora en otras partes, pero su importancia relativa no es siempre la misma. Uno de los factores más importantes del crecimiento de las grandes ciudades en los tró­picos es el despertar político de los antiguos territorios coloniales. Muchos de esos países dependen aún de la exportación de materias primas y de la importación de bienes manufacturados: de ahí que muchas de esas ciudades millonarias sean puertos. Finalmente, en numerosos países que acaban de acceder a la independencia se fomenta la industria nacional y esta, como ocurre en los países occidentales, acostumbra a dar más beneficios si está localizada en las grandes ciudades, con lo que contribuye a su vez al crecimiento urbano.

Sin embargo, el desarrollo de estas ciudades no es debido siempre a la atracción que ejercen los empleos urbanos. Incluso en los países subdesarrollados el aumento vegetativo de la población constituye actualmente un elemento importante en el crecimiento de ciertas ciudades, debido sobre todo a que los servicios médicos están más desarrollados en las áreas urbanas. Aunque la inmigración de origen campesino continúa siendo el factor predominante del crecimiento urbano, no hay que olvidar que, en parte, aquella se debe a una «expulsión» provocada por la situación económica del campo antes que a una atracción dinámica de la ciudad.Las grandes ciudades de los trópicos son objeto de tantos estu­dios y revisten tanta importancia en el conjunto urbano de esos terri­torios, que a veces parece como si fuesen los únicos asentamientos urbanos que crecen rápidamente. Esto no es del todo exacto, ya que las tasas de crecimiento de las ciudades acostumbran a ser pare­cidas, independientemente de su tamaño. Sin embargo, hay una diferencia muy marcada, en cuanto a su importancia, entre unas pocas metrópolis gigantescas y las ciudades de menor tamaño, dedicadas básicamente a proporcionar un corto número de servicios al campo que las rodea; y la semejanza entre los porcentajes de cre­cimiento de localidades que tienen originariamente tamaños muy dispares da como resultado que las diferencias absolutas entre las ciudades menores y las mayores crezcan rápidamente.

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