jueves, 20 de septiembre de 2007


Los Huracanes y los Tornados
Un huracán (o tifón si se produce en la costa oeste del Pacífico Norte) es un fenómeno meteorológico violento que se origina sobre los océanos tropicales, normalmente al finalizar el verano o al principio del otoño, y que se traslada miles de kilómetros sobre el océano, capturando la energía calorífica de las aguas templadas. Su origen se encuentra en una masa uniforme de aire caliente y húmedo que asciende rápidamente. La presión del aire se distribuye de modo simétrico alrededor del centro del sistema y las isobaras son círculos concéntricos muy cercanos entre sí. En un huracán, el viento puede llegar a alcanzar velocidades de 250 km/h aunque los valores más habituales se encuentran alrededor de 119 km/h. En el centro del huracán se encuentra el denominado “ojo”, un área sin nubes y de vientos flojos. A veces, puede parecer que el huracán ya ha pasado por una localidad y que ha cesado la tormenta, cuando en realidad lo que está pasando es el ojo del mismo (que puede llegar a tardar incluso una hora). Después de éste vendrán de nuevo vientos muy intensos y fuertes lluvias.

El tornado es un remolino de vientos intensos asociado con la formación de nubes tormentosas de tipo cumulonimbo. Los tornados pueden originarse sobre tierra firme o en el mar a partir de un ascenso rápido de aire muy cálido.

El movimiento del aire en forma de espiral, le da el típico aspecto de embudo o manga. Su recorrido por tierra firme puede oscilar entre 1,5 km y 160 km en el caso de un tornado intenso. Los que se generan sobre el mar se denominan mangas marinas. Los vientos que se generan se encuentran alrededor de 180 km/h, aunque se han producido tornados con velocidades de hasta 500km/h.

Los tornados se forman en muchos lugares del mundo, aunque los más intensos se generan en las grandes llanuras de Norteamérica.

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